¿Y si con una simple frase pudieras crear un flujo automatizado para tu negocio? Esa es la promesa silenciosa, pero potente, que está surgiendo de la combinación entre herramientas de IA generativa como GPT-4 y plataformas de automatización visual como n8n.
Mientras que el prompting solía centrarse en generar textos, imágenes o código, ahora empieza a evolucionar hacia algo más estructural: construir procesos. Con solo describir una intención (por ejemplo: “envía un email cada vez que reciba un formulario con cierta condición”), el modelo puede generar automáticamente los nodos, los pasos y las condiciones en n8n.
¿Qué estamos viendo?
→ Que la IAG no solo crea contenido, sino lógica. Y eso la acerca peligrosamente a la ingeniería de procesos.
→ Que estamos pasando del prompt engineering al process engineering por lenguaje natural.
→ Que estas herramientas reducen el tiempo de prototipado de flujos en más de un 70 %.
¿Y qué tiene esto de disruptivo?
Automatizar tareas ya no será solo para los “techies” que manejan Zapier, APIs y Webhooks. La interfaz es el lenguaje. Si sabes explicar tu flujo, puedes construirlo.