Estamos asistiendo a una transición silenciosa pero radical: las interfaces de IA están desapareciendo. O mejor dicho, se están volviendo invisibles. ¿Qué significa esto?
Del prompt a la integración contextual
Hasta hace poco, interactuar con una IA implicaba abrir una app, escribir un prompt y esperar una respuesta. Pero cada vez más, las IAs se integran directamente en nuestras herramientas y flujos de trabajo, anticipando nuestras necesidades sin necesidad de pedirlo explícitamente.
Ejemplos:
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Gmail ya te sugiere correos que no has empezado a redactar.
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Word te reformula un texto sin que se lo pidas.
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Navegadores como Arc Browser incluyen asistentes que resumen lo que estás leyendo en tiempo real.
¿Por qué es importante?
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Mejora la experiencia de usuario: el valor está en el resultado, no en el proceso de invocarlo.
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Reduce la fricción cognitiva: no hay que pensar cómo preguntar, la IA está ahí, presente y lista.
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Hacia la ambient intelligence: estamos entrando en la era de la “inteligencia ambiental”, donde el entorno es sensible, proactivo y adaptativo.
Este cambio plantea también nuevos desafíos: ¿cómo aseguramos el control del usuario? ¿Dónde está la línea entre ayuda y vigilancia?
👉 ¿Te interesa este concepto? Te recomendamos leer sobre la inteligencia ambiental invisible en uno de nuestros artículos anteriores.