La agricultura regenerativa busca restaurar la salud del suelo y promover la biodiversidad, ofreciendo una alternativa sostenible a las prácticas agrícolas convencionales. A continuación, se presenta una guía para adoptar esta metodología:
Paso 1: evaluar la salud del suelo
Realiza análisis para determinar la composición y vitalidad del suelo, identificando áreas que requieran intervención.
Paso 2: adoptar la siembra directa
Evita la labranza intensiva para preservar la estructura del suelo y fomentar la actividad microbiana beneficiosa.
Paso 3: implementar rotación de cultivos
Alterna diferentes tipos de cultivos para prevenir enfermedades, mejorar la fertilidad del suelo y reducir la dependencia de fertilizantes químicos.
Paso 4: introducir cultivos de cobertura
Utiliza plantas que cubran el suelo entre temporadas de cultivo principal, protegiéndolo de la erosión y aportando nutrientes.
Paso 5: integrar ganadería de manejo holístico
Incorpora animales en el ciclo agrícola de manera controlada para mejorar la fertilidad del suelo y cerrar ciclos de nutrientes.
Adoptar la agricultura regenerativa no solo mejora la productividad a largo plazo, sino que también contribuye a la mitigación del cambio climático y la resiliencia del ecosistema agrícola.